- Ad -
La mayoría de los cristianos aman la voz de Dios, la creatividad que añaden en su relación con cada uno de nosotros. Disfruto interpretando sueños porque cada sueño de Dios es una expresión de Su corazón hacia el soñador, y se puede apreciar una faceta más de Su amor.
- Ad -
En mi último mensaje, me dirigí a esta pregunta: “¿Cómo sé si mi sueño es de Dios?” Les expliqué que los sueños pueden venir de una de tres fuentes -el enemigo, el alma humana o Dios- y mencioné algunas de las formas en que podemos reconocer los sueños del enemigo y los sueños del alma. En este post, quiero explorar cómo reconocer los sueños de Dios.
Los sueños, son una forma de revelación, se abrazan a las mismas reglas que la revelación. Para ser de Dios, un sueño necesita hacer lo siguiente:
Aceptar la Escritura;
Llevar el carácter de Dios y adaptarse a Su personalidad;
Sea sincero, exacto;
Tenga buen fruto;
Señale a Jesús y
Estar lleno de color y luz.
La Prueba de las Escrituras
– Ad –
Un sueño de Dios no anulará lo que Él ya reveló en las Escrituras. De la misma manera que otras formas de revelación, los sueños jamas tienen la intención de crear doctrina o establecer una regla de fe o de práctica para todas las personas en todo momento, sólo la Biblia puede hacer tal cosa.
No es un sueño de Dios si le dice que robar, cometer adulterio, asesinar o violar cualquier otro mandamiento moral. Del mismo modo, no es un sueño de Dios si te dice que no ores, que otro dios es Dios, que no debes ir a la iglesia ni compartir tu fe, para que no sirvas ni das. Los sueños de Dios no cambiarán las Escrituras.
La Prueba de Carácter
Una de las claves para distinguir la voz de Dios es saber la diferencia entre convicción y condena. La convicción es mediante la actividad, mientras que la condenación es sobre la identidad. La convicción es específica, mientras que la condena es vaga. La convicción corta al corazón, pero deja la esperanza de cambio, mientras que la condena nos quita la esperanza de cambio. Cuando estamos tratando con la condenación, empezamos a creer que el peso de nuestro pecado es tan grande que nunca seremos libres.
El Espíritu Santo nos muestra dónde no estamos viviendo la nueva vida que tenemos en Cristo, para que podamos arrepentirnos y regresar a Su corazón. El enemigo, mientras tanto, nos calumnia y nos acusa hasta que nos quedamos sin esperanza y sintiéndonos derrotados. Cuando el Espíritu Santo trae convicción, podemos arrepentirnos y regresar a Sus caminos y el peso de la convicción se eleva. Pero cuando el enemigo nos condena, no importa cuánto nos arrepentimos, no se sentirá lo suficiente.
Un sueño que te deja sintiendo desesperanza, como si nunca fueras lo suficientemente bueno para Dios o como si hubieras hecho algo que te marca para siempre y te retiene de Su propósito para ti, eso no es un sueño de Dios. Es del enemigo. Reprueba tales sueños y no los crea. En su lugar, pídale a Dios que le muestre su corazón por usted.
La Prueba de Precisión
La palabra “revelación” se refiere a algo que usted no conocía previamente. El hecho de que una “revelación” sea exacta no significa que sea de Dios (véase Mateo 7: 21-23). Al mismo tiempo, Dios no miente, así que toda revelación de Él será exacta.
– Ad –
Comprender la diferencia entre lo que es de Dios y lo que no es de Dios nos impedirá perseguir señales engañosas, maravillas e incluso revelaciones engañosas. Pese a la prueba de exactitud es importante para determinar si un sueño es de Dios, las otras pruebas también deben ser empleadas.
La prueba del fruto
El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, amabilidad, fidelidad, mansedumbre y autocontrol (Gálatas 5: 22-23). Un sueño de Dios nunca te dirigirá a odiar a alguien, a tener miedo, a perder el control oa acusar a otra persona.
No obstante si tienen envidia amarga y luchas en sus corazones, no se jacten y no mientan contra la verdad. Esta sabiduría no desciende desde arriba, sino que es terrenal, no espiritual y diabólica. Porque donde hay envidia y contienda, hay confusión y toda obra mala.
Sin embargo la sabiduría que es de arriba es primero pura, luego pacífica, amable, abierta a la razón, llena de misericordia y buenos frutos, sin parcialidad y sin hipocresía (Santiago 3: 14-17).
La prueba de Jesús
En Deuteronomio 13 y 18, Dios da las claves para reconocer la revelación verdadera y falsa. Al discernir la fuente de un sueño, esta es la pregunta principal que debemos hacer: “¿La revelación nos señala a un dios aparte de Jesús?” El espíritu de la profecía es el testimonio de Jesús (Apocalipsis 19:10), lo que significa que toda revelación verdadera nos llevará a Él.
¿El sueño te ha dirigido a poner tu confianza en otra cosa que no sea Jesús? ¿O logró que tu corazón se enamorara más de Él?
La prueba de color
Dios es luz, y alrededor de Su trono hay un arco iris de color. La Biblia usa a menudo “luz” contra “oscuridad” y “día” vs. “noche” como metáforas para el bien y el mal, Dios y Satanás. Un sueño de Dios a menudo estará lleno de color y luz brillante.
La cosa principal a recordar
La base de discernir sus sueños es teniendo una relación. Al acercarse a Dios, Él revelará lo que es de Él y lo que no. Si te acercas a los sueños ya las experiencias sobrenaturales desde una posición de relación, te encontrarás caminando sobre un terreno seguro y estable. Tu Padre es bueno y quiere hablarte. Cuando le pides pan, no te dará una piedra (Lucas 11: 11-13).
Fuente: Charisma Mag
- Ad -