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En junio del 2016, Mario Salto, fue abusado sexualmente y descuartizado, las partes de su cuerpo fueron tiradas en un descampado. De inmediato, las operaciones caninas conducidos por la Policía Federal y dieron con la casa y el altar del agronomo Miguel Ángel Jiménez, quien lo han identificado como el sacerdote satánico detrás de la muerte del menor.
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De acuerdo a los forenses Mariano Pagani y Julian Canilo juntaron del partes del cadáver del pequeño Mario Agustín Salto, de 11 años de edad, para continuar con las investigaciones. “Marito”, como lo apodaban sus padres estaba desaparecido desde el 31 de mayo en su pueblo, Quimili, en Santiago del Estero, fue visto por ultima vez cuando pescaba en la “Represa”.
Luego su cuerpo fue encontrado dos días después por un baqueano en un pastizal, su cabeza lo dejaron en una bolsa blanca, el torso y demás miembros en una bolsa negra: el baqueano vio que su perro llevaba en sus dientes una pierda humana. Una cámara tiene las imágenes de dos personas que viajaban en moto y cargaban dos bultos, lamentablemente la calidad era tan mala que no se podía ver los rostros de los sujetos.
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Su piernas fueron separadas de su cuerpo, sus brazo seguían unidos al torso. El corte de decapitación, notaron los forenses en su análisis, fue “realizado a la altura de la articulación desde la tercera hasta la cuarta vertebra”, “muy precisos los cortes”, “con sección de los componentes neurovasculares.” sin embargo, Mario no murió decapitado, antes fue estrangulado hasta fallecer. Fue vejado por el ano antes de morir, en un lapso no mayor de 12 horas antes de su deceso.
Miguel Ángel Jiménez, un productor agropecuario local de 58 años, dedicado al negocio del algodón, le había ofrecido apoyo a la familia Salto, y aportaba para dar caridad al pueblo. Pero las personas no lo querían. El pueblo de Quimili lo apodaban el “Brujo” a Jiménez, “El Terrible”, ya que en su casa tenia un altar dedicado “San la muerte”.
Dentro de su residencia fue encontrado cartas con mensajes una de ellas decía: “Ya tengo su virilidad, su juventud y fortaleza. “DAME LO QUE PIDO”. Según la Jueza y la PFA, “Mario, murió en un crimen ritual bajo una teología demente”, “lo mataron para cosechar su energía vital”.
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Las autoridades decidieron iniciar las investigaciones desde cero, desde el lugar donde fue encontrado el cadáver de Mario, llevaron al lugar un grupo de perro y una pieza de evidencia clave: Un calzoncillo que fue encontrado junto al cuerpo, con sangre del infante y un liquido que se especula que sea, semen. Uno de los caninos olió y comenzó a ladrar hacia un pastizal a varios metros de distancia, hasta llegar a una billetera. Estaba repleta de anotaciones y decía: “Marito”, “666”, otra ves el ojo dentro del triangulo. El perro no tardo en llegar y ladrar hacia un armario, que contenía una gomera con la letra “M” grabada en su empuñadura.
Esa casa no fue la única en ser revisada por los perros, también fueron a la casa de “Burra” Rodríguez. Una bolsa de plástico estaba escondida dentro de una letrina: contenía cabellos, textos con el numero 666, otra ves el ojo en el triangulo, noticias el crimen de “marito.” Un animal muerto colgado en un árbol, cerca de velas; una losa cerca al árbol contenía gotas de sangre,
En una chatarrera donde había laborado Segueira. Se encontraron mas letras que decían: “el jefe ya sabe”, dicho jefe era Miguel Ángel Jiménez.
A pesar de las detenciones, las investigaciones siguen abierta. La carta del pacto firmada por los supuestos firmantes del rito incluye otros nombre mas. Los jueces están investigando quienes son.
Fuente: Infobae
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