Alerta Roja: 2017 podría traer una Catástrofe Económica porque el dólar está muriendo
Durante cerca de tres cuartos de siglo, el dólar ha servido como el dinero del mundo. Durante esta era (esencialmente para toda la memoria viva) con respecto a su estatus internacional, el dólar ha sido predominante e indiscutible. Había – y es actualmente – ningún competidor del igual al dólar.
A raíz de la crisis financiera mundial de 2007-08, las grietas en los cimientos de la orden del dólar podría ser discernido.
Paradójicamente, sin embargo, en el corto plazo la crisis, si acaso, reforzó la posición del dólar, en parte exponiendo las limitaciones de posibles alternativas como el euro. Sin embargo, los cambios tectónicos subyacentes que amenazan con desestabilizar el orden del dólar son reales y permanecen y sugieren una erosión de la posición relativa del dólar a largo plazo. Esas tendencias casi seguramente se acelerarán con la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos.
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El largo y duradero orden del dólar se ha sostenido por cuatro pilares imponentes: (1) el poder global extraordinario y la influencia política de los Estados Unidos; (2) el carácter único, la fuerza y la estabilidad percibida del sistema financiero estadounidense; (3) factores políticos internacionales fundamentales pero infravalorados; (4) la falta de alternativas atractivas. Incluso antes de que Trump surgiera como un fenómeno en la escena política, esos pilares mostraban signos de decadencia considerable.
La economía estadounidense, por supuesto, sigue siendo enorme, y el ejército de los Estados Unidos podría todavía sobrepasar el de todos los posibles desafíos. Pero la tendencia general de la geopolítica del siglo XXI ha sido de entropía: relativamente hablando, el poder y la influencia se están difundiendo en el sistema internacional. Por otra parte, el dólar no fue apoyado solamente por la energía americana cruda; Era también una función del propósito americano: su abrazo de la apertura y de la voluntad de proporcionar el liderazgo económico internacional. Sin embargo, antes de la aparición de Trump (y quizá permisivo de su éxito), se pudo observar el desvanecimiento de un consenso internacionalista, una vez amplio y bipartidista, tanto de las izquierdas como de las derechas de la política estadounidense. (La vehemente oposición a la Asociación Transpacífica, expresada con una pasión descontroladamente desproporcionada a su importancia económica, era un símbolo del cambiante humor público).
Fuente: Christian Truther