Cientificos encuentran el Lago de Azufre y la Tierra Hirviente

Es el lugar más caluroso del planeta y no sólo se siente en el ambiente.

También en el suelo, pues como es una depresión, el magma está más cerca de la superficie, lo que hace que el agua de la lluvia y la que se filtra del mar se caliente hasta estallar en géiseres de 90ºC de temperatura, al tiempo que se levantan amarillas nubes de azufre y el aire está impregnado de sales de cloruro.

La Depresión Danakil, en Etiopía, es uno de los sitios más inhóspitos del planeta.

El río Awash llega allá para morir sin poder llegar al Océano Índico. No hay plantas ni animales, no hay vida… ¿O sí?
Eso es lo que fue a averiguar el astrobiólogo Felipe Gómez Gómez.

Para Gómez, el viaje forma parte de la realización de “un sueño de niño”.

– Ad –

“Siempre quise estar relacionado con las ciencias espaciales. Lo que no podía imaginar es que iba a poder llevarlo a cabo y desarrollarlo. Pero me apasionaba el tema Universo. Además, me intrigaba mucho la vida, ese proceso químico que conocemos como vida, y que los científicos no nos ponemos de acuerdo en qué es”, explica.

Así que mezcló las dos cosas y se involucró con el Centro de Astrobiología español desde que estaba siendo desarrollado en colaboración con el Instituto de Astrobiología de la Agencia Espacial de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés.

Eso, le dice a BBC Mundo, explica qué estaba haciendo en ese punto de África en el que el movimiento de las placas tectónicas está causando una ardiente depresión.

“Me involucré en proyectos espaciales, estudiando la habitabilidad, lo que me llevó a implicarme en estudios de la vida en ambientes extremos”.

Y, definitivamente, la Depresión de Danakil califica en esa categoría.

Vida al límite

Gómez quería “estudiar la vida desde el punto de vista de los límites: en qué momento aparece y cuánto soporta”.

“Eso me llevó a ir a Atacama, Antártica, al Ártico y ahora a Etiopía, que son tan extremos que se parecen a otros planetas. De hecho se llaman análogos terrestres”.

“El siguiente paso es: ¿realmente existe la posibilidad de vida fuera del planeta Tierra? ¿Podemos encontrarla en Marte? Y, si la encontramos, ¿la vamos a reconocer?”.

Así que, a pesar de tener los pies en la Tierra -abrasadora o congelada-, Gómez vive con la mente en otro mundo…
“¡Cierto! ¡Cierto!”, le dice a BBC Mundo, riendo.

El astrobiólogo y su equipo se albergaron en un pueblo de la etnia afar, el último lugar poblado de la zona, muy próximo a la frontera con Eritrea.

“Es una zona que está completamente deshabitada, pero tienes que ir con guardias de seguridad, porque las fronteras están cerca y la situación es complicada”.

Hasta en ese colorido desierto, la amenaza de los humanos está presente.

Aunque, por supuesto, ese no es lo único riesgo que tenían que tratar de evitar.

“No se pueden respirar los efluvios de azufre, así que cuando el viento los traía, nos teníamos que retirar”.

“Estábamos en un poliextremo: temperaturas muy elevadas, pH muy ácido, una carga de metales elevada…”, lo que a Gómez le parece “realmente muy interesante, ¿no?”.

Aún hay que esperar los resultados finales, sin embargo ya tienen los primeros y Gómez está “convencido de que vamos a encontrar vida”.

“Por mi experiencia, allí donde hay agua, hay vida. Da igual cuáles sean las condiciones ambientales”.

Fuente: BBC