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THE WASHINGTON POST.- Uno de los eventos más famosos de la Biblia, fue cómo Dios dividió el Mar Rojo por la mano de Moisés, ahora esto puede tener una explicación científica. El estreno de la película Éxodo: Dioses y Reyes esta semana, ha contribuido a un amplio debate sobre este tema.
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A lo largo de la historia, la mayoría de los cristianos aceptan la narración como un milagro. Sin embargo, para Carl Drews ingeniero del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EEUU (NCAR por sus siglas en inglés), defiende que puede comprobar cómo ocurrió la salvación de los judíos en el episodio del Éxodo.
Drews, que se define como “uno de los muchos cristianos que aceptan la teoría científica de la evolución”, presentó un estudio mostrando con simulaciones en un ordenador, cómo se dividió el Mar Rojo y que pudo haber sido un fenómeno meteorológico.
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Las simulaciones por el ordenador indican que un fuerte viento del este podría hacer que el agua se retirara formando una especie de curva a lo largo del Mediterráneo. Esto creó un “puente de tierra” que medía 4 km de largo y 5 km de ancho.
Esto fue suficiente espacio para que las personas lideradas por Moisés pasaran.
“Las simulaciones encajan bien con lo que se informa en el Éxodo”, dice el investigador. Según él, Moisés tenía cerca de 4 horas para conducir al pueblo al otro lado.
No es algo nuevo que Drews estudiara el tema. En 2010, su tesis de maestría para el curso de Ciencias Oceánicas y Atmosféricas de la Universidad de Colorado en Boulder, ya había propuesto esta explicación. Actualmente trabaja para el Centro Nacional de Investigación Atmosférica, uno de los principales institutos de investigación de Estados Unidos.
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En el centro Drews reconstruyó la geografía local del evento del Éxodo. Él señala que lo más probable fue que un viento de 100 kilómetros por hora, sopló durante 12 horas, que podría “canalizar” una pista con un poco más de dos metros de profundidad. Todo esto lo basa en la “dinámica de fluidos”, área física esencial en los estudios sobre los huracanes. Una vez que el viento dejó de soplar, las aguas volvieron rápidamente a su estado original.
Un aspecto planteado por él y ampliamente aceptado por los estudiosos de la Biblia es que la travesía no fue en el Mar Rojo que conocemos sino en el Mar de los Juncos, ubicado más al norte.
Queremos aclarar aquí para evitar confusiones: Según Wikipedia el mar era llamado «golfo Arábigo» por la mayoría de los europeos hasta el siglo XX. Este nombre deriva de las viejas fuentes griegas, como Heródoto, Estrabón y Ptolomeo, que lo llamaban «Arabicus Sinus», reservándose el nombre «Mare Erythrias» (mar Rojo) para las aguas al sur de Arabia, la región que hoy conocemos como océano Índico.
Otra hipótesis es que el origen del nombre proviene de un error de traducción de los textos bíblicos del Éxodo al pasar del hebreo al griego. Según esta teoría la traducción correcta sería la de «mar de juncos».
Drews y su equipo crearon un modelo que reproduce la dinámica de los vientos en la zona del Canal de Suez y el Delta oriental del Nilo. Esto no ha cambiado mucho con el tiempo. Hay un informe de un fenómeno similar en 1882 en la misma región.
Su intención no es negar la intervención divina sino tratar de explicar cómo sucedió.
El profesor Drews compiló todo su estudio en el libro entre Between Migdol and the Sea: Crossing the Red Sea with Faith and Science [Entre Migdol y el mar: La travesía del Mar Rojo con la Fe y la Ciencia]. Para el investigador, “La fe y la ciencia pueden ser compatibles, si usted está dispuesto a considerar otras interpretaciones del texto, otras ideas de cómo las cosas podrían haber sucedido”.
Fuente: The Washington Post
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