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Se trata de un cóctel de sustancias químicas que actúan como un “esperma artificial” para engañar a un óvulo humano en la formación de un embrión.
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El descubrimiento sorprendente ha alarmado a los activistas de ética médica, que describieron como convertir la naturaleza en su cabeza. Los investigadores dicen que la tecnología innovadora se podría utilizar para ayudar a las mujeres cuyos maridos son infértiles, pero que no quieren usar el esperma de donantes.
Cualquiera de los bebés nacidos a partir del proceso serían mujeres y genéticamente idénticos a su madre. Llevado al extremo, que podría dar lugar a la pesadilla de ciencia ficción de una sociedad dominada por mujeres, donde los hombres tienen poco o ningún papel.
La noticia también crea un campo minado legal para las autoridades británicas que regulan los tratamientos de fertilidad, porque las leyes británicas no cubren la creación de un embrión sin esperma.
El descubrimiento fue realizado por investigadores del Instituto de Medicina Reproductiva y Genética en Los Ángeles.
Estaban investigando nuevas formas de modificar genéticamente en los embriones, el crecimiento de las células nerviosas del cerebro, con el fin de dar los trasplantes a pacientes con enfermedad de Parkinson.
Sus experimentos con ratones activan una forma de reproducción asexual llamada partenogénesis, que hasta ahora ha sucedido sólo en las criaturas como los insectos y ranas.
En la reproducción humana normal, un ovocito que lleva 23 pares de cromosomas, los componentes básicos de la vida, es fecundado por un espermatozoide, que también lleva 23 juegos. Esta importante unión, la creación de 46 pares de cromosomas, se abre el camino para la división celular, el principio de la vida humana.
Pero los investigadores Dr. Jerry Hall y el Dr. Yan-Ling Feng lograron hacer ovocitos duplicando sus cromosomas para crear el número necesario para iniciar la división celular.
Varios embriones fueron transferidos a “madres adoptivas” de ratón en el que se desarrollaron con éxito antes de ser destruidos después de 13 días.
Aunque el proceso todavía tiene que ser probado en los huevos humanos, los estudios han demostrado que se comportan de una manera similar a los de los ratones. Los resultados deben ser presentados hoy en la reunión anual de la respetada Sociedad Americana de Medicina Reproductiva en la Florida.
Fuente: Mirror UK
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