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Un artículo publicado por Business Insider narra la historia de Imtiaz Shams, un ex islamista que cuenta por qué dejó el Islam y ahora puede ayudar a que otras personas sigan sus pasos.
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La primera cosa que hay que saber sobre los ex musulmanes es que el mejor término que los describe en árabe es una mala palabra: murtadd, es decir, alguien que “da la espalda” en el Islam. La palabra tiene una fuerte connotación al extremismo y la intolerancia.
En ese simple ejemplo es donde se puede observar cómo la discriminación está presente en todas partes, en todos los aspectos de la vida de los islamistas. “Es probable que no fuera un verdadero musulmán”, suelen decir los fundamentalistas sobre alguien que abandona ese estilo de vida.
“Pasé la mitad de mi vida en Arabia Saudita, allí viajan a la Meca todos los años durante la Umrah, un peregrinaje sagrado. Mi primer libro fue una copia de color rojo y con adornos en oro de una recopilación de dichos del profeta Mahoma. He estado orando, ayunando y memorizando el Corán desde el tiempo que puedo recordar”, comienza su relato Shams.
“HE ESTADO ORANDO, AYUNANDO Y MEMORIZANDO EL CORÁN DESDE EL TIEMPO QUE PUEDO RECORDAR”
Y sigue: “Mi familia se trasladó al Reino Unido justo antes del 9/11 (los atentados contra las Torres Gemelas en 2011), y muchos musulmanes va a entender lo que quiero decir cuando digo que la atmósfera cambió después de ese día. En la escuela los niños me pusieron el apodo de ‘terrorista’. La discriminación no afectó a lo que era entonces un amor profundo y duradero para el Islam, sólo la fortaleció”.
“¿Entonces qué pasó? ¿Por qué iba yo a dejar el Islam?”, se pregunta. Y responde: “Uno de los principios fundamentales del Islam ortodoxo es su naturaleza perfecta y la infalibilidad del Corán. Pero a medida que fui creciendo y mi pensamiento crítico se fue desarrollado, las verdades aceptadas sobre la moralidad de las acciones del profeta y los milagros descritos en el Corán se me hicieron más difíciles de aceptar”.
Shams comenta que con el correr de los años se fue dando cuenta que el Islam se equivocaba en muchas cuestiones y, sobretodo, la lectura que muchos hacían del Islam no hacía más que abrir grietas.
“LOS MILAGROS DESCRITOS EN EL CORÁN SE ME HICIERON MÁS DIFÍCILES DE ACEPTAR”
“Empecé a sentir que la institucionalización de la esclavitud para millones de africanos y otros no árabes no era otra cosa que ‘trata de esclavos’. Yo había pensado que el Islam había dado a las mujeres derechos iguales que a los hombres”.
Luego contó que comprobó que esto no es así dado que una lectura estricta de los textos no hace más que reducir los derechos de las mujeres. “La prohibición a las mujeres, de casarse con hombres no musulmanes, la seguía teniendo en mi mente”.
“Finalmente estuve obligado a aceptar que ya no creía en el Islam a principios de 2012. Mi amigo Aliyah describió esta etapa como algo parecido a un ‘extranjero en su propia piel’ y me sentí como un completo marginado”, confiesa.
“FINALMENTE ESTUVE OBLIGADO A ACEPTAR QUE YA NO CREÍA EN EL ISLAM”
También contó las sensaciones que le tocó vivir por esos días: “Otra sensación que había dejado flotando sobre mí el Islam era el miedo. El Islam se me había presentado como un modelo completo y objetivo de mi vida, a cargo de dictar mi papel en este mundo y mi relación con la muerte y el más allá”.
Pero rápidamente aclara que ese período de miedo y aislamiento no duró mucho ya que encontró a otras personas en su misma situación. “De repente tuve acceso a miles de ex musulmanes activos, a sus historias, consejos y experiencias sobre la discriminación que sufrían”.
Sin embargo, esa etapa tampoco fue sencilla dado que temía que algunos de ellos estén “infliltrados” con el objetivo de denunciarlo después. Entonces se le ocurrió un protocolo de investigación de antecedentes, una revisión cuidadosa de la gente con la que iba a compartir su historia.
Luego comenta que de a poco empezó a confiar en los demás dado que se sentía identificado con ellos: eran personas que pasaron por lo mismo que él. Ahora se dedica a apoyar a aquellos que quieren ser libres de pensamiento.
“Es importante tener en cuenta que no todos los musulmanes han tratado a los ex musulmanes de mala manera. Algunas de las voces más importantes para mí eran las de mis amigos musulmanes que me enviaban mensajes privados dándome su apoyo y amor”, resalta.
Y concluye: “Tenemos que ser capaces de permanecer unidos para luchar contra la discriminación de los musulmanes hacia los ex musulmanes. Si sos un joven ex musulmán que ha dejado su fe y se siente solo o aislado, ponte en contacto. Definitivamente no estarás sólo”.
Fuente: Infobae
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